Contar con una autoestima sana depende de la manera en cómo nos miramos a nosotros mismos. Las personas que no cuentan con una autoestima que les apoye, generalmente se sienten:
- inseguras.
- dudan de sus decisiones.
- no se sienten capaces de tener logros y metas.
- rompen sus compromisos consigo mismas.
- no sienten merecer buenas experiencias.
Por el contrario su comportamiento es con un elevado juicio hacia sí mismas. Se tratan mal, no cuidan de su salud, de sus emociones, de su calidad de vida y establecen relaciones destructivas que no les permiten vivir en paz.
Es importante que si detectamos que contamos un déficit en la estima personal es necesario pedir ayuda y tratar de enderezar esa valoración personal. Virginia Satir una gran estudiosa de estos conceptos de la autoestima plantea que la autoestima es como una olla que se puede llenar o vaciar y que es nuestra responsabilidad decidir de qué queremos alimentarla.
Los cuatro pasos más importantes que puedes empezar a realizar son:
1. Cuenta tus dones.
2. Llévalos a la acción, es decir, haz algo con ellos: escribe, pinta, canta, enseña, diseña, crea, etcétera.
3. Celebra todos y cada uno de tus logros.
4. No toleres menos de lo mejor para ti, tus relaciones, tu trabajo, tus sentimientos y tu persona.
Todos los seres humanos tienen problemas la autoestima ayuda a afrontarlos dentro de un esquema de seguridad y aprendizaje. Y si te equivocas aprende de tus errores y sigue adelante con tus planes, proyectos y sentido de vida.
Ninguna relación, ningún sufrimiento, ninguna persona son más importantes que tu estima personal.
Ana Giorgana
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